Nunca dejé de quererte


La tormenta ha terminado, pero la radio sigue sonando. Tu voz continúa llenando los espacios blancos entre nosotros, igual que años atrás. Paramos nuestra relación hace años y hoy, aquí encerrados, todo parece haber vuelto a aquel momento, pero en cambio tú y yo sabemos que nada es igual, solo somos dos viejos conocidos, no somos los mismos y nunca lo seremos.
Recordamos lo pasado, la tormenta que nos hacía prisioneros dentro de aquel apartamento ya ha pasado, pero no importa, nada importa, en este momento solo existimos tú y yo.
La radio se apaga y el silencio reina por un momento, adueñándose de todas nuestras palabras.
- Ven, déjame enseñarte algo 
Te sigo sin dudar. Me siento segura a tu lado
- Que misterioso…
Te acercas al piano y lo miras con pasión, con la mirada de alguien enamorado de lo que hace. Siempre has amado la música. Nunca podré olvidar aquel día de noviembre bailando al viejo estilo de jazz, éramos tan felices…  Te sientas en la banqueta y comienzas a tocar.
- Cuando te marchaste, mi único consuelo fue tocar, la música salvo la vida que tú te llevaste. 
Tu voz suena como si fuera la canción que faltaba en la melodía, no puedo hacer nada, las sensaciones y los sentimientos me superan en este momento. Me dejo caer hasta quedar sentada en el suelo, sufriendo al ritmo de la melodía y llorando sin soltar una lagrima. La situación me supera…  Tú finges estar solo en la habitación, sigues tocando el piano hasta que la melodía cesa de una manera violenta. Te giras y me miras, las lágrimas corren por tus mejillas, y las mías me ahogan.
- ¡Fuiste tan injusta! ¿Cómo pudiste pensar que en siquiera un maldito segundo de mi vida deje de pensar en ti? Dejar de quererte es imposible.
- Yo… yo… Fui idiota, no sabía lo que perdía, si hubiera sabido lo que sé ahora… Todo hubiera sido diferente, pensaba que no me querías, que solo era un juego para ti, ahora sé que estaba equivocada.
- No me importa el pasado. He querido decirte desde aquel momento dos palabras a las que no supe contestar hasta que te marchaste.
- ¿Qué palabras? Digo mientras me limpio los ojos con la manga del jersey.
Levantas mi cara y me miras a los ojos.
- Te quiero, te quiero desde el día que me tiraste aquel batido a la cabeza, te quise aquel día que criticaste mi música, incluso te quise aquel día que me rompiste el corazón. He tenido toda mi vida para olvidarte y no creas que no lo he intentado pero… Es imposible.
- No sé qué decir… Estoy algo asustada, ha vuelto todo lo que sentía por ti, solo que ahora sé que es verdad que me quieres.
- Dios, sí. Megan, sabes que sí, ahora… Me iría contigo a la otra punta del mundo, te buscaría en el mismo infierno si fuera necesario. Quiero pasar cada uno de mis días contigo, siempre. ¿Quieres casarte conmigo? -Dices sin pensar.
- ¿Así? ¿De repente?
- ¿De repente? Llevo toda la vida buscando la fuerza para decirte que te quiero, acéptame por favor.
- Claro que te acepto. Te quiero.

1 comentario:

  1. Hola ^^
    Son muy adorables los personajes, quizás no este acostumbrada a leer relatos o historias que acaban tan bien, pero me gusta :3
    Un abrazo

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