A veces
me gustaría saber de ti. Poder llamarte y hablar durante horas, o durante un
rato. Conseguir recordar el número de tu puerta para esperarte a que vuelvas, o
solo hasta que oscurezca. Ser capaz de
borrar las fotos de tu móvil para dejar de echarte de menos, o al menos dejar
de joderme el día al ver lo que fuimos.
Lo que
fuimos…
Es una
frase curiosa. La usamos en presente para referirnos a un pasado. Un pasado que
ya no volverá.
que
fuimos...
Tres palabras, cada una
con un origen diferente, cada una con una función sintáctica compleja y
variada, pero cuando se juntan siempre me hacen pensar en ti. Porque después de
que me dejaras pase primaveras pensando que había pasado, que limites habíamos
cruzado y que señales en rojo decidimos ignorar. Quizá no haya sido más que una
historia, pero no me la quito de la cabeza.
Todo
empieza a dar vueltas, lo que fuimos, lo que ya no somos y lo que nunca
volveremos a ser. Todo da vueltas, como esa maldita noria en la que te subes
una y mil veces para superar tu miedo a las alturas, pero ese miedo sigue
estando ahí al bajarte.
Eres
esa canción que tanto escuché, tanto adoré, y que con el tiempo, de tanto
escucharla la acabé aborreciendo y echando de menos a partes iguales.
¿Sabes
que no hay 5 de diciembre que no te recuerde?
Sé que
no me merece la pena, que no eres lo que necesitaba, ni siquiera lo que ahora
necesito, y que ese rato juntos no compensa la pena y el vacío que me dejas al
mirarme a los ojos y decirme: “Es que yo ya no te quiero”. Nada. Ni los besos,
ni las risas, ni las caricias a medianoche. Ya no quiero nada de ti, te quise
entero, a cachos y a medias verdades, pero solo un tiempo. Los dos sabemos que
no soy chica de sonrisa fácil, y que nunca caería en tus brazos una segunda
vez. Nada nos une. Ni el futuro ni el presente. El pasado no se puede cambiar,
tampoco lo haría, pero… dejemos de soñar. Ya no quiero pensar más en ti, no
quiero besos, no quiero recuerdos, no quiero ser esa puta noria que no deja de
girar.
Quiero
sentir las mariposas en el estómago, el sube y baja de la montaña rusa de las
miradas cruzadas, la ilusión de vivir cada día lo que nunca antes viví, volver
a hacer algo por primera vez y sobre todo, sentirme libre de mirarme al espejo
y quererme un poquito más. Y eso tú no me lo darás, ni hoy, ni mañana, ni
nunca.
Así
que, mi chico de hielo, aquí se acaban nuestro: “Lo que fuimos”. Aquí se acaban
las promesas, los sentimientos escondidos, y todos los posibles futuros que
podrían haber sido contigo. Se acabó. Llévatelo todo y déjame lo mejor que
siempre fue nuestro, lo mejor que siempre fue mío pero alguna vez compartí
contigo.
Vete y
déjame, llévate tu amor que yo ya tengo el mío.
¡Que bonito! Y triste y esperanzador a la vez.
ResponderEliminarMe encanta ;)
ohhh me ha gustado ^^
ResponderEliminarHola Natalia,
ResponderEliminarTe nomino al Best Blogger. Si quieres saber más pásate por http://oscuroyseductorromance.blogspot.com/2015/12/nominada-al-best-blog.html Un saludo ;)