¿Sabes que es lo que es sentirse sola estando rodeada de personas? ¿Sabes lo que es temer a algo tan pequeño y la vez tan grande que ni siquiera puedes pensar en ello? ¿Sabes que es amar y no ser correspondido? ¿Sabes que es querer vivir un sueño que sabes que nunca podrá ser real?
Yo sí. Yo lo he vivido, pero quizá no es suficiente. La vida te enseña muchas cosas, te enseña a sentirte acompañada cuando nadie te mira, te enseña a tener miedo a cosas que no queremos perder, que tal vez sean tan pequeñas que ni siquiera tengan un sentido demasiado importante, te enseña a amar sin ser correspondido, te enseña que a veces vivir en un sueño no es tan malo como parece, que tan solo debes tener cuidado con no caerte.
No siempre será un cuento de hadas, no siempre tendrás grandes y acolchados colchones sobre los que caer. No siempre tendrás un príncipe que te coja de la mano. No siempre tendrás gente que te felicite a cada paso que des, ni tampoco serás siempre bien recibida a cada sitio al que vayas. No siempre tendrás todo lo que desees, ni tampoco serás siempre la más deseada. Pero todo tiene sus pros y sus contras, todo tiene su parte buena y su parte mala. Si tan solo miras la parte mala, ¿de qué te sirve la buena? Cada cosa pasa en su momento, ni antes ni después. En tu vida pasaran muchas cosas, cambiaran algunas y otras desaparecerán, pero siempre debes mirar hacia atrás, mirar de dónde vienes, porque mirar para delante de poco sirve, el futuro es como una mancha borrosa, sin forma y sin color. Siempre puede variar pero el pasado no, las personas cambian pero el pasado no.
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